jueves, 23 de abril de 2015

10 razones para llevar tu perro al veterinario inmediatamente


¿Cómo puedes distinguir cuando un problema de salud de tu perro pone su vida en peligro y requiere atención veterinaria inmediata? Presentamos aquí una compilación de las emergencias caninas más comunes en los consultorios veterinarios:
1. Trauma
Si tu mascota ha sufrido algún tipo de trauma como una caída, un balazo, atropellamiento o se estuvo involucrada en una pelea de perros se requiere atención veterinaria inmediata. Incluso si tu perro aparenta estar bien, un chequeo inicial con su veterinario es todavía necesario ya que en algunas ocasiones las lesiones sufridas por un trauma, tales como ruptura pulmonar, hernia de diafragma o hemorragia interna no presentan síntomas de inmediato. Las heridas como laceraciones y mordeduras pueden ser más profundas de que aparentan y pueden surgir complicaciones como una infección cuando se tarda la atención veterinaria. A veces, el dueño no ha presenciado el trauma, pero si se observa el perro andando envergado, aparentemente con algún dolor, sin comer o simplemente actuando raro, entonces lo mejor es llevárselo al veterinario inmediatamente.
2. Dificultad respiratoria
La disnea, también se conoce como dificultad respiratoria y se puede manifestar como sibilancia, asfixia, respiración débil o paro respiratorio, puede ser causada por un cuerpo extraño en la garganta, cardiopatía o enfermedad pulmonar. Si el perro tiene algo en su garganta es importante que no trates de sacarlo, hacerlo puede profundizar el objeto aún más, obstruyendo por completo las vías respiratorias. Los problemas respiratorios casi siempre indican problemas mayores de la salud del perro por lo que no demore la atención médica inmediata.
3. Condiciones neurológicas
Los problemas neurológicos pueden manifestarse en tu perro como desorientación, falta de coordinación, letargo severo, falta de reacción y coma. Un perro normal y sano es brillante, alerta y responde con entusiasmo; cualquier cambio pronunciado del estado mental de tu perro requiere atención veterinaria inmediata. El letargo y la debilidad pueden presentarse en cualquier enfermedad grave y nunca deben pasarse por alto. En ocasiones, los trastornos neurológicos no afectan la actividad mental (por ejemplo, la pérdida del uso de los miembros posteriores en ocasiones puede ser causada por un disco intervertebral roto). Reiteramos, estos son trastornos graves que requieren atención veterinaria inmediata para lograr el resultado más favorable.
4. Convulsiones
Las convulsiones también son consideradas una condición neurológica pero son tan comunes en los perros que merecen una categoría propia. Un perro que nunca antes haya sufrido una convulsión debe ser examinado de inmediato ante una. Los síntomas asociados con una convulsión incluyen temblores y agitación incontrolables, pérdida del conocimiento, brazadas con las patas y posible pérdida de control de esfínteres o vejiga. La causa más común de las convulsiones en los perros es la epilepsia. Pero si tu perro fue diagnosticado como epiléptico, ni toda convulsión será una emergencia. Sin embargo, si tu perro sufre convulsiones múltiples en un período de 24 horas o si una convulsión dura más de un par de minutos entonces tu mascota necesitará atención veterinaria inmediata. Habla con tu veterinario acerca de como manejar la epilepsia y a cual señales debes estar al pendiente. Otras causas de las convulsiones incluyen hipoglucemia en los cachorros, insulinoma en perros adultos e intoxicación en perros de todas las edades.
5. Envenenamiento
Encuentras un cebo para ratas mordisqueado mientras llevas la ropa para lavar en el sótano o notas la bolsa de fertilizante rasgada. Si sospechas que tu perro ha ingerido algo potencialmente tóxico llama al veterinario para obtener una recomendación inmediata acerca de qué hacer. Un toxicólogo veterinario podrá recomendarte que induzcas el vómito, busques atención veterinaria inmediata o simplemente controles en la casa, caso la sustancia ingerida sea inofensiva. Mantén siempre a mano un frasco de peróxido de hidrógeno por si alguna vez el veterinario te indique que induzcas el vómito en tu mascota.
6. Vómitos y diarrea
Los vómitos y la diarrea son problemas comunes en los perros y aunque pueden ser síntomas de problemas graves de la salud del perro la mayoría de los casos son simples trastornos gástricos que normalmente se resuelven dentro de 24 horas. Si en todo lo demás tu perro parece bien, deja descansar su estómago, evitando que coma de 4 a 6 horas y asegúrate de que tu perro tenga acceso a gran cantidad de agua para que permanezca hidratado. Si presenta síntomas clínicos adicionales como letargo, debilidad o señales dolor – como el jadeo excesivo – entonces se indica atención veterinaria inmediata. Además, si los vómitos o la diarrea persisten más de 24 horas o si notas sangre en los vómitos o en las fices entonces diríjase de inmediato al veterinario. Si tu perro tiene un problema médico crónico como diabetes y comienza a vomitar, entonces no se recomienda aguardar 24 horas sino que debes buscar atención veterinaria lo más pronto posible.
7. Abdomen distendido o dolor abdominal
Si notas que el abdomen de tu perro está distendido y parece sufrir algún dolor o incomodidad, entonces es probable que se trate de un problema médico grave que requiera atención veterinaria inmediata. La distensión abdominal puede estar acompañada de arcadas secas, reflejo faríngeo, debilidad, colapso y dificultad respiratoria. La distensión abdominal puede ser provocada por aire atrapado en el estómago que puede hacer con que el estómago se retuerza sobre sí mismo. Esta condición es conocida como dilatación gástrica –vólvulo– o, comúnmente, “hinchazón” – y en general se da en perros de raza grande. Esto pone en riesgo la vida si no se trata y cuanto antes acuda al veterinario, mejores serán las posibilidades de que tu perro presente un resultado positivo. Otras razones de la distensión abdominal pueden ser distensión por fluidos – ascitis – por la cardiopatía y por la hemorragia interna, como una ruptura del bazo.
8. Problemas oculares
Los problemas de los ojos en los perros tienen la desagradable tendencia a deteriorarse antes que los problemas en otras áreas. Estos problemas pueden rápidamente desembocar en pérdida del ojo y ceguera si no se tratan, en especial el glaucoma. Los síntomas de enfermedad ocular incluyen enrojecimiento del ojo, secreción, lagrimeo excesivo, inflamación, estrabismo y restregado constante con la pata en el ojo. Incluso si se trata tan sólo de un cuerpo extraño en el ojo o un rasguño superficial en la córnea el tratamiento veterinario puede evitar que un problema menor se transforme en un problema grave.
9. Problemas urinarios
Si notas que tu perro no está produciendo orina vaya al veterinario lo antes posible. Aunque es un problema de la salud mucho más común en los gatos que en los perros, las obstrucciones urinarias sí ocurren y son fatales. Si nota dificultad para orinar o sangre en la orina diríjase al veterinario cuanto antes ya que puede ser un síntoma de infección urinaria o cálculos urinarios, que podría complicarse y generar una obstrucción si no se los trata.
10. Emergencias en el parto
Si su perra entra en trabajo de parto y usted nota que transcurren más de cuatro horas sin que nazca ningún cachorro, esfuerzos durante más de 30 minutos sin resultados o pasan más de dos horas entre los cachorros, entonces es posible que esté sufriendo distocia. Llame a su veterinario de inmediato para recibir indicaciones.
La lista anterior no incluye todas las emergencias específicas sino que es una compilación de las emergencias de salud canina más comunes que se han observado. Si está sucediendo algo con tu perro y no estás seguro si se trata de una emergencia o no, tenga en cuenta que la ayuda se encuentra tan sólo un llamado de distancia. Siempre mantenga a mano el número de tu veterinario. Como dueño de un perro conoces a tu mascota mejor que nadie – si sospechas que algo anda mal no dude en llamar. Puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Nunca te sientas avergonzado por llamar o preocuparse, ya que es mejor prevenir que curar.